U2. S5/A2 Análisis y abstracción de información
Efectos en la salud resultantes del
consumo de alimentos de origen animal
Marco
teórico
El origen del consumo de carne por parte del ser
humano se remonta a los primeros homínidos (Australopithecus) hace 4 millones de años
(Consejo Mexicano de la Carne, 2018), sin embargo, no fue hasta hace aproximadamente
2 millones de años que el humano aumentó el consumo de la carne y diversos
productos de origen animal. En México el consumo de carne llegó junto con los
conquistadores españoles, quienes nos introdujeron al consumo de carne de cerdo,
antes de su llegada en el país se alimentaban de maíz, frijol, calabaza,
amaranto y chile. En el caso de alimentos de origen animal, se consumían
palomas, codornices y guajolotes. (Merlo, 2014)
A lo largo
de los años nuestra fisiología se ha ido
adaptando a una dieta rica en proteína, baja en grasas totales, saturadas y
rica en ácidos grasos poliinsaturados.
Sin embargo, resulta
contradictorio creer que nuestro cuerpo se encuentra adaptado al alto consumo
de alimentos de origen animal, cuando cada vez es mayor la evidencia que muestra la relación entre el consumo de
estos productos y la aparición de enfermedades como cardiopatías, diabetes, cáncer,
obesidad; las cuales son significativamente menores en vegetarianos y veganos. (Pino, Cediel, Hirsch, 2009)
Aunque la carne no se considera un componente esencial
para la alimentación del ser humano, para las personas alrededor del mundo que
sufren de malnutrición, ingerir nutrientes que provengan de fuentes de origen
animal es una manera sencilla de mejorar su estado nutricional. Sin embargo,
los productos de origen animal como la carne, huevo, leche y sus derivados son
una fuente principal de grasas saturadas, las cuales son responsables de
presentar un riesgo mayor a padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes
mellitus y algunos tipos de cáncer. Aunque las grasas dentro de una dieta
desempeñan un papel importante en una variedad de funciones biológicas, las
grasas saturadas no aportan ningún beneficio ni existe un nivel mínimo de
consumo que se considere seguro.
(Walker, Rhubart-Berg, McKenzie, Kelling, Lawrence, 2005)
Según la organización Mercy for Animals dentro de las
10 principales enfermedades causadas por el consumo de carne, se encuentran
las siguientes:
Diabetes mellitus tipo 2
La diabetes mellitus tipo 2 es una enfermedad crónica degenerativa.
Se trata de una enfermedad incurable, en la cual el paciente debe recibir tratamiento durante toda su vida. En México
se encuentra posicionada como la tercera causa de muerte, y como la primera
entre las personas en el rango de 55 a 64 años de edad.
El consumo de productos de origen animal ha sido
relacionado con el padecimiento de la diabetes tipo 2.
En un estudio de doce años de seguimiento con una
muestra de 42.504 mujeres profesionales de la salud entre 40 y 75 años, se
evidenció la asociación entre el consumo
de grasas totales, saturadas y carnes procesadas con alto riesgo de diabetes
tipo 2, independiente del índice de masa corporal (IMC). El consumo de carne
también se asoció con alto riesgo de
diabetes en el estudio de los adventistas del séptimo día y además, en el
Nurses’ Health Study el consumo de carnes procesadas se asoció positivamente
con riesgo de diabetes tipo 2. (Pino, Cediel, Hirsch, 2009, p. 211)
Hipertensión arterial y enfermedad
cardiovascular
Conocida como “la muerte silenciosa”, la hipertensión
arterial es una de las causas de cardiopatía coronaria, mortalidad temprana y
accidente vascular encefálico. La dieta es un factor de suma importancia en la
modulación de la presión arterial en personas hipertensas.
Estudios han relacionado el riesgo de desarrollar
hipertensión arterial con el consumo de alimentos de origen animal. En el caso
de la ingesta de carnes rojas procesadas, se ha asociado en un 20-40% de riesgo
de contraer esta enfermedad, en comparación con la carne roja no procesada. (Pino,
Cediel, Hirsch, 2009)
Un estudio realizado en Australia de ensayo clínico
randomizado incluyó a 45 hombres sanos entre 35 y 62 años. Recibieron dos tipos
de dieta similar en energía, proteínas, grasas, hidratos de carbono, alcohol y
fibra, con la única diferencia en la fuente de proteínas animal y vegetal. Los
resultados mostraron que el colesterol total y los triglicéridos plasmáticos
fueron significativamente menores y la fase de
oxidación de LDL in vitro fue significativamente más larga en la dieta
con tofu comparado con la dieta con
carne. (Pino, Cediel, Hirsch, 2009, p. 212)
Cáncer de mama
En Latinoamérica el cáncer de mama ocupa uno de los
primeros lugares como causa de muerte entre las mujeres. Sin embargo, existe una
diferencia notable entre el número de personas detectadas con esta enfermedad
en países como Argentina y Uruguay, la cual es tres veces mayor, en contraste
con México. Es importante notar las diferencias de los hábitos alimenticios
entre estos países como posible causa del desarrollo del cáncer de mama. Por
ejemplo, en México en promedio se consumen 58.4kg de carne per cápita, mientras
que en Argentina y Uruguay el consumo de carne es de 80kg por año. (Torres,
Galván, Lewis, Gómez, López, 2009)
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